9 abr 2012

Las Joyas de Helena de Troya./ The Jewels of Helen of Troy.

Pushkin Museum

Helena de Troya ha sido considerada un icono de la belleza desde la Antigüedad. A caballo entre la Historia y la mitología, todas las historias sobre ella hablan de su atractivo y su poder de seducción. Como parte de su leyenda, en el museo Pushkin de Moscú se encuentran expuestas dos diademas conocidas como “las Joyas de Helena”. ¿Cuál es el origen de estas joyas? ¿De qué están hechas? ¿Pertenecieron de verdad a esta enigmática y legendaria mujer?
Helen of Troy has been considered as a beauty icon since Antiquity. Between the History and the myth, stories told about her always refer to her beauty and her charm.
As part of her legend, Pushkin Museum (Moscow) exhibits two gold diadems known as “the Jewels of Helen". What is the origin of these jewels? What are they made of? Did they really belong to this enigmatic and legendary woman?


Sienna Guillory y Diane Kruger en el papel de Helena de Troya para tv y cine.
Sienna Guillory and Diane Kruger, playing the role of Helen of Troy on tv and film.


El personaje de Helena se consideraba hija de Zeus y contaba en su haber con conquistas tan reseñables como Teseo o Aquiles. Sin embargo, es su seducción a Paris, príncipe de Troya, la que, según se cuenta, desencadenó una guerra. Cuando Paris, ayudado por Afrodita – a quien favoreció en su famoso juicio-, rapta a Helena, se desencadenaron, según diferentes fuentes, los conflictos narrados por Homero en La Ilíada. Sin embargo, esta historia fue considerada como una leyenda durante muchos siglos…
Es en 1873 cuando el pruso Heinrich Schliemann, comerciante y arqueólogo obsesionado con la historia de esta civilización, encuentra en Hisarlik (Turquía) los restos estratificados de un asentamiento ya olvidado, que se había mantenido activo durante más de 4.000 años. Desde el Neolítico hasta la época de Roma. En su excavación de este lugar, encontró los restos de la Troya Homérica, además de una gran cantidad de oro, que bautizó como el Tesoro de Príamo - rey de Troya- . Como parte de este tesoro, dio con una gran jarra de plata donde se encontraban, entre otras cosas, dos espectaculares diademas de oro. Éstas fueron bautizadas como “la Joyas de Helena.” Schliemann se las entregó a su mujer, Sofía, que se fotografió con ellas.
Helen’s figure was considered to be Zeus’ daughter and had conquested noteworthy héroes such as Theseus or Achilles. However, it was her love story  with Paris, prince of Troy, the one that unleashed a war. When Paris, helped by Aphrodite – who was favoured by Paris in his judgement-, takes Helen and triggers, according to dofferent sources, the conflicts that were told by Homer in The Iliad. However, this story was considered as a legend for centuries…
Finally, in 1873, Prussian dealer and archaealogist Heinrich Scliemann, who was obsessed with this civilization, found in Hisarlik (Turkey) stratified rests of a forgotten settlement that had lasted for more than 4,000 years. From Neolithc until Roman Empire. In that excavation, he found the rests of Homeric Troy, as well as a huge amount of gold that he called Priam’s Treasure - King of Troy-. As part of this treasure, he found a great silver jar where, among other things, he found two spectacular gold diadems. These jewels were called “the Jewels of Helen”. Schliemann gave them to his wife Sophia, who was pictured with them.


Más tarde se supo que este tesoro se encontraba en un estrato anterior a la época en la que debieron vivir Príamo y Helena. Sin embargo, el nombre de estas joyas – así como del tesoro – quedó instituido para siempre.
Later, it was known that this treasure was found in a earlier stratum than the one identified with Priam and Helen’s time. However, the name of these jewels – and the whole treasure- has already been instituted.

2 comentarios:

  1. No deja de asombrarme la historia de Heinrich Schliemann. A veces mezquina, a veces brillante, pero siempre extraordinaria. Eso da marco a las más o menos valiosas "joyas de Helena" y da lugar, de por sí, a mitos que este señor se merece. Lo más impactante para mi no son las joyas del museo Pushkin, si no, la belleza de la señora del descubridor. Schliemann era un experto en su tema aunque dicen que poco instruido. Como se dice ahora: ¡jajaja!

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